Existe en la lengua rusa una expresión muy importante, с душой , que significa con alma. Es un concepto que quizá sea difícil de explicar, pero nada difícil de notar. Algo parecido a nuestro duende flamenco. Nadie sabe cómo es, pero haberlo hay, que dirían los gallegos.
Sin duda, las artes escénicas son un medio favorable para estas demostraciones, pues presentan seres, al menos, encarnados. Pero tener un cuerpo delante de ti, por todas las piruetas, saltos, que haga, por muy corpóreamente perfecto que sea, no implica la presencia del alma.
Empecemos la crónica con el primer ballet que acudí a ver al Mikhailovsky, la producción de Nacho Duato de “La Bella Durmiente”. Unos días después, acudí a ver la nueva producción de Meesserer de “Don Quijote”.
20 de Julio 2012
- Rey Florestan: Vladimir Tsal
- Reina: Olga Semyonova
- Princesa Aurora: Olesya Novikova
- Catalabutte: Andrey Masloboyev
- Pretendientes de Aurora: Evgeny Deryabin,Philipp Parkhachyov, Mikhail Sivakov, Andrey Kasyanenko
- Hadas y caballeros:
Candor: Anna Kuligina, Ivan Zaytsev
Flor de trigo: Asthik Ogannesian, Andrey Kasyanenko
Migas de pan: Tatiana Miltseva, Denis Morozov
Canario: Yulia Tikka, Andrey Yakhnyuk
Fuerza: Anastasia Lomachenkova, Mikhail Sivakov
Hada de las Lilas: Victoria Kutepova, Nikolay Korypayev
- Carabosse: Rishat Yulbarisov
- Escoltas de Carabosse: Alexey Kuznetsov, Andrey Lapshanov,Nikolay Arzyayev, Dimitry Yarmiychuk, Nikita Kuligin
- Principe Desiré: Leonid Sarafanov
- Duquesa: Elvira Khabullina
- Trio escena de caza: Tattyana Miltseva, Nikolay Arzyayev, Andrey Lapshanov
- Safiro: Maria Dmitriyenko
- Amatista: Asthik Ogannesian
- Oro: Anastasia Lomachenkova, Victor Lebedev
- Gatos: Elena Nikiforova, Alexey Kuznetsov
- Paso a dos del pájaro azul: Anna Kuligina, Maxim Eremeyev
- Caperucita y el lobo: Yulia Tikka, Ivan Zaytsev
- Princesa y rana: Alpha N´Gobi Olympiada Saurat, Dmitry Kudryatsev
- Cenicienta y príncipe: Nina Osmanova, Andrey Nemich
- Bella y la bestia: Tatiana Gordiyenko, Yone Takano
Duato, entrevistado por Marina Kortunova en el programa de mano del teatro, dice: «Los ballets clásicos están llenos de algunos gestos que son bastante reconocibles. Pero, yo intento eliminar toda pantomima, todo movimiento teatral. Algunos se mantienen, por ejemplo, para Carabosse, pero intenté expresar los diferentes caracteres, mostrar las relaciones a través del movimiento, de la danza. En mi ballet todo el mundo baila: incluso aquellos personajes que nunca habían bailado antes, como el rey y la reina. En la época de Petipa, los bailarines principales necesitaban tiempo para descansar- así es como las escenas de pantomima aparecieron, pero ahora la técnica dancística ha cambiado, los artistas se han hecho mucho más fuertes y bailar mucho es una práctica común para los solistas de hoy´´.
En este razonamiento, en esencia correcto, Duato comete un error de base, equiparar el movimiento teatral tan sólo con la pantomima. Puedo entender el debate de modernizar la pantomima (aunque, a decir verdad, no lo comparto), pero pretender eliminar la teatralidad en una quimera. Sobre todo, porque en la misma entrevista, dice «La historia no es tan simple cómo parece a primera vista. Esta es una historia no solo sobre encontrar el amor sino también de crecimiento personal. En el momento en que Aurora se pincha el dedo, abandona su infancia para entrar en la adultez. Es un buen pretexto narrativo, pero, me pregunto, ¿cómo expresarlo sin teatralidad?. Opino que hasta en las obras abstractas debe haber teatralización de algún tipo, pero sobre todo al ser esta obra, admitidamente, narrativa y fantástica, es decir, no literal. En el ballet clásico si existe un lugar para la coreografía no teatralizada, se llama clase de ballet, y aún así, es el sello de un gran intérprete el ser interesante desde el primer tendu.
Esta Bella Durmiente fue un encargo del teatro para Duato, a estrenar en diciembre del año pasado (que como recordaran, fue retransmitida online por Paraclassics). Sin duda, el teatro goza de buena salud económica, cómo evidencian los decorados de la eslovena Angelina Atlagíc, o la ocasional bravuconeria de su dueño Vladimir Keehman (de cuyos bolsillos se sospecha cada vez que algún principal de renombre abandona su compañía original).
Los decorados de Atlagíc imitan la propia decoración del teatro, con una curiosa propensión por el gotelé blanco y los beiges pastel para toda la corte. El vestuario de Carabosse es prácticamente igual al de la Reina de la Noche de “Cosi fan tutte”, y, he de admitir que sus acompañantes me recordaron a Robbie Williams en el videoclip de “Let me entertain you”. Pero, el vestuario más extraño es el de los acompañantes de las hadas, mallas que imitan escamas, tops transparentes y crestas, en distintos colores según el hada.
Cómo ya comenté en diciembre, la producción de Duato me había dejado fría desde el ordenador, pero, si me animé a comprar los billetes fue por la promesa de Ivan Vasiliev y Natalia Osipova en los roles principales. Pero, ese mismo día me encontré que serían sustituidos por Olesia Novikova y Leonid Sarafanov.
La presencia de Novikova, que aparece a menudo en este teatro acompañando a su marido, fue un absoluto golpe de aire fresco para la tarde.
Siendo esta mi primera experiencia en directo con la compañía del Mikhailovsky, una pregunta me rondaba la cabeza. Variación tras variación y grupo tras grupo nadie parecía estar disfrutando en absoluto con lo que estaban haciendo, hasta el punto de que no soy capaz de acordarme de ninguna sonrisa hasta la aparición de Novikova tras el prólogo. Así que yo me preguntaba, ¿Serán estos los bailarines inadecuados (digamos ahora, sosos) a los que hacía referencia el documental “El último zar´´, o es simplemente una consecuencia de esta pretendida modernidad de eliminar lo teatral?.
Tan sólo un bailarín propiamente de la casa (Novikova pertenece al Mariinsky), consiguió destacar entre la multitud. Victor Lebedev, graduado en Vaganova la temporada anterior, consiguió en su corta variación cómo acompañante del hada de oro despertar al público, ligeramente adormecido aún antes del hechizo del Hada de las Lilas. A pesar de su juventud, o quizá debido a ella, Lebedev salta y gira con un descaro y alegría que se echó en falta esta noche, y fue quizás el bailarín que se mostró más libre en la coreografía de Duato. Lebedev ya ha debutado en papeles principales cómo Solor, y se le augura un buen futuro.
Olesya Novikova es una Aurora perfecta. Sus grandes ojos negros y su piel pálida la dan un aspecto de princesa de cuento, aún más brillante entre la desidia que cundía en escena. Su apariencia de muñeca esconde una técnica de hierro, aunque hubiera estado más cómoda en la versión de Sergueyev o de Vikharev. Duato ha alterado el Adagio de la Rosa, pero mantiene al final los famosos equilibrios en attitude, que Novikova solventó con elegancia.
A pesar de que su técnica le sigue situando cómo uno de los mejores bailarines del mundo, Sarafanov dio una prestación totalmente aséptica, a pesar de la brillantez de su compañera. La verdad es que creo que no fui la única, a juzgar por la ovación que se llevó que tras la aparición de Lebedev en el último acto, deseó que este se encargara también del gran paso a dos.
Sobre el resto de solistas que pueblan el mundo de la Bella Durmiente poco que decir. Hada tras hada con variaciones complicadas pero intercambiables, incluyendo el Hada de las Lilas (Victoria Kutepova). Mucha pirueta combinada, mucho attitude en effacé pero poca personalidad. Entre los divertimientos también bastante poca «diversión´´. Maxim Eremeyev, como el pájaro azul, tuvo destellos de mejora.
Salvo las dos excepciones de Novikova y Lebedev, durante toda la tarde, los jóvenes bailarines del Mikhailovsky lucían una expresión de determinación, la misma que cualquier estudiante en clase de ballet peleándose por terminar una diagonal particularmente enrevesada.
24 de Julio 2012:
- Don Quijote: Marat Shemiunov
- Sancho Panza: Alexey Kuznetsov
- Lorenzo: Philip Parkachov
- Kitri: Oksana Bondareva
- Basilio: Ivan Zaytsev
- Gamache: Pavel Maslennikov
- Espada: Mikhail Venshchikov
- Bailarina de la calle: Victoria Kutepova
- Amigas de Kitri: Tatiana Miltseva, Anastasia Lomachenkova
- Mercedes: Olga Semyonova
- Reina de las Driadas: Asthik Ogannesian
- Cupido: Veronika Ignatyeva
- Duque: Roman Petukhov
- Duquesa: Zvezdana Martina
- Solistas gitanos: Alexander Omar, Natalia Tsyplakova
- Fandango: Kristina Makhviladze, Alexey Malakhov
- Variaciones: Valeria Zapasnikova, Anna Kuligina
- Grand pas: Irina Zhalovskaya, Anna Kuligina, Marina Silyakova, Yulia Balagurova, Elena Trushina, Anastasia Romanova.
Unos días después, con ¿quién era el soso, Duato o los bailarines? aún en la cabeza, me dirigí al teatro de nuevo (y para mi desgracia, rompí una sandalia en el proceso).
Se trataba del nuevo montaje de Don Quijote por Mikhail Messerer para el teatro, quizá un intento de dar un nuevo vehiculo a su pareja estrella. Un día después de mi visita, Paraclassics lo restransmitió por Internet con Osipova y Vasiliev (aún se puede ver aquí).
La respuesta a la pregunta se resolvió nada más abrir el telón. Los bailarines del Mikhailovsky son capaces de interpretar seres vivientes, ¡y muy vivos!. A nivel de compañía, aún no han alcanzado el estándar del vecino Mariinsky. Sus grupos no tienen la claridad meridiana que tiene el cuerpo de baile del Mariinsky, pero, al menos, en esta producción sí que se puede ver a bailarines investidos en lo que hacen. Volviendo al principio, echando un poco de alma en el proceso.
Esa tarde debutaba en el papel de Basilio Ivan Zaytsev. Formado en Krasnodarsk, a pesar de su juventud ya ha pasado por otras dos compañías locales, el Ballet de Leonid Jacobson y el Ballet de Boris Eifman, antes de cumplir esta, su primera temporada, en Mikhailovsky. Zaytsev es moreno, de amplia sonrisa y carismático, y, a pesar de que sus piernas son más largas y delgadas, se le puede ver buscando las pirotecnias volátiles de su famoso tocayo en la compañía (que intentó aunque fuera su debut). De hecho ya consigue algunos de esos molinos, aunque sin la explosividad marca Vasiliev.
Al igual que el debut de Timur Askerov en Solor en Mariinsky, que presencié a principios de mes, la impresión de Zaytsev fue muy favorable.
Su Kitri fue Oksana Bondarenko, una de las primeras bailarinas de la compañía desde hace varias temporadas. Su estilo es eminentemente soviético, pues Bondarenko es una bailarina que se cobra lo que no tiene en estatura con explosividad. Una explosividad que a veces afecta a su forma, como en su empeño por encajar piruetas triples antes del icónico salto de Kitri en el primer acto (sus hombros y brazos delantaron en esfuerzo). Pero Bondarenko es capaz de girar sin esfuerzo, llegando a insertar en dos ocasiones, siete giros en sus piruetas, y una seguridad en sus foettés (dobles desde el principio) aplastante.
Entre las chicas del primer acto, Tatiana Miltseva y Anastasia Lomachenkova cómo las amigas y Victoria Kutepova cómo la bailarina de la calle, lucieron mejores que en sus papeles en la Bella Durmiente. Aunque en el caso de Kutepova (no muy espectacular en sí) ayudó tener la presencia de Mikhail Venshchikov como el desbordante torero.
En el campamento gitano, siempre he adorado la danza de Kasian Goleizovsky para la gitana. Pero, esa tarde Alexander Omar como el solista masculino superó a Natalia Tsyplakova (que debutaba en el papel). Omar estuvo avasallante y simplemente explosivo, dominando la escena con todo el exotismo del personaje.
Para la escena del sueño, reconocía el nombre de Veronika Ignatyeva cómo el cupido. Ignatyeva se graduó hace unas temporadas de Vaganova, y algunas de las fotografías de Stanislav Belyaevsky de ella aún en la escuela son bastante conocidas en Internet. En directo se nota en los brazos de Ignatyeva el sello Vaganova, aunque no siempre tuvo la rapidez en el petit allegro que requiere este rol.
Cómo reina de las Driadas, debutó también Asthik Ogannesian. Ogannesian tiene brazos y piernas muy largos y delgados, pero su equilibrio es aún algo débil para este rol.
En general, este montaje de Messerer mantiene la coreografía que estamos acostumbrados, aunque aquellos que hallan visto la transmisión de Para Classics habran echado de menos la primera variación de los grand jetés en el paso a dos, que Messerer ha llenado de cabriolés.
Ante que nada MIL GRACIAS, por tus comentarios, por tenernos al tanto de todo lo que tu ves, y por el enlace a Para Classic. Poder mirar Quijote completo con intervalos incluidos, es fantástico. Te pregunto como te sentó el hecho que el 3° acto transcurra en un palacio? en vez que en la posada o en las calles del pueblo, como uno está acostumbrado a ver, Y también me llamó la atención la escena de la fingida muerte de Lorenzo en el final del primer acto. Te diré que me desilusionó un poquitillo el 3° acto, me dio a faltar la alegría de los finales donde participan casi todos los bailarines.
aparte de eso, MIL GRACIAS de nuevo por tus comentarios!
Lily
¡Hola Lily!
Gracias por la visita 🙂
No me sorprendio, es habitual ver el tercer acto en el palacio. Se supone que tras el sueño de Don Quijote en el bosque, Sancho ha ido a pedir ayuda, y se encontró a los duques que iban de caza. Por alguna lógica del libreto, les convencen de celebrar la boda de Kitri y Basilio allí.
¿Muerte de Lorenzo? ¿Te refieres a la de Basilio?. Mirando la retransmisión, en directo, se lo he visto a Vasiliev hacer con más picaresca.
Recomiendo más el Quijote del Bolshoi, que parece se vuelve a retransmitir en cines la proxima temporada, y sino aún ha de salir con la retransmision hace dos temporadas con tambien Osipova y Vasiliev.
saludos
Hola Silvia: si Basilio, perdón por el error. Yo tengo una versión con Baryshnikov, y él lo hace muy, pero muy pícaro. Te dibuja una sonrisa todo el tiempo,je..
Gracias de nuevo por tus relatos.
Lily
Hermoso el teatro, gracias por compartir las fotos. Con respecto a lo de La Bella Durmiente, no me gusta que los nuevos coreógrafos y directores eliminen la pantomima. A mi me parece que la pantomima es parte importante del ballet, no solo la tecnica y las piruetas. Saludos 🙂
[…] un ‘Cascanueces’ para diciembre. Sobre su Bella Durmiente, ya comenté mi opinión aquí, cuando estuve en San Petersburgo en verano. Y, la falta de transcendencia mediática de su […]