Uno de los últimos días en Moscú, y por tanto en Rusia, acudí por fin a visitar la casa museo de Galina Ulanova, la cual es una visita curiosa, porque no todos los días uno pasa de ver los souvenirs históricos de la vida profesional de una figura a ver lo que tenía en la encima del baño (sí, me hicieron entrar ahí también).