Esta mañana he desembarcado de mi ya tradicional viaje veraniego a las giras rusas de Covent Garden. Cómo ya describí en los artículos sobre el año pasado en Bolshoi, me encanta la organización del teatro londinense, que considero el más accesible de Europa.
Normalmente intento llegar en el medio del cambio de programa para poder ver dos opciones distintas, pero el canto de sirena del Lago de los Cisnes por el Mariinsky (y sobretodo por Lopatkina) era demasiado fuerte.
La versión era la reconstrucción soviética de Konstantin Sergeyev de 1950, con libreto de Vladimir Begichev y Vasilyy Geltzer, decorado de Igor Ivanov y vestuario de Galina Solovyova
Pas de trois: Yana Selina (25,27), Valeria Martinyuk (25,27), Maxim Zuzin (25), Aleksei Timofeyev (27), Maria Shirinkina (26),Anastasia Nikitina (26), Alexander Parish (26)
Cisnes pequeños: Yana Selina, Valeria Martinyuk,Svetlana Ivanova, Maria Shirinkina
El Lago de los Cisnes es probablemente el estándar del ballet clásico, y sirve para probar lo que se dice desde hace mucho tiempo sobre el Mariinsky (incluso en sus años kirovianos), que la compañía tiene el mejor cuerpo de baile del mundo.El cuerpo de baile femenino de cisnes blancos fue absolutamente impresionante, la capacidad de estas bailarinas para respirar cómo una sola es espectacular, y en esta versión lo podemos volver a apreciar en un cuarto acto esencialmente dedicado al cuerpo de baile.
En el mundo del ballet clásico ruso e incluso foráneo siempre está la cuestion: Bolshoi o Mariinsky?. Las dos compañias han competido desde siempre, y su alternancia en Covent Garden continua bipolarizando el corazón de los londinenses. En estos tres años cada verano las dos compañías han tenido un éxito tremendo, y cada verano los aficionados se preguntaban cómo podría mejorarlo la otra.
También en una cuestión de apertura mediática. El aficionado impresionado con la compañía necesita conocerla mejor y poder disfrutar de esos bailarines en una alternancia de roles, y las recientes retransmisiones de cine del Bolshoi han ayudado mucho a la difusión de sus nuevas estrellas (lease Osipova&Vasiliev).
Mi opinión a nivel general del Mariinsky y de Vaganova (al fin y al cabo, la compañía se surge de allí), es que, digamos desde las últimas 5 hornadas, la generación femenina es siempre más fuerte que la masculina.
Entre el plantel de los siete principales masculinos del Mariinsky llama la atención la falta de «sangre joven´´ , comparado con la subida de otras bailarinas. Vladimir Shklyarov se lleva de media unos 8 años de diferencia con respecto a su fecha de graduación (2003, el mismo año que Somova). Y, entre los primeros solistas (el siguiente rango en categoría), Alexander Sergeyev, promovido hace unos meses, se lleva 6 años con el siguiente más jóven, Anton Korsakov.
Si la lista de principales está equilibrada en número (aunque todavía aparece cómo principal Yulia Makhalina, que está retirada), entre la lista de los primeros solistas (según la web de la compañia), la diferencia entre sexos es aún mayor, de hecho, el número de chicas (10) dobla al de los chicos.
Pero dejando de lado a Shklyarov, del que hablaré más tarde, la rotación de bailarines en los bufones y pas de trois mostró posibilidades de futuro entre los segundos solistas Grigory Popov, Aleksei Nevidga, Aleksei Yermakov, Aleksei Timofeyev y Maxim Zuzin y desde el cuerpo de baile Ilya Petrov.
Entre los bufones, para mí el mejor fue Grigory Popov, con una interpretación algo menos caricaturesca que Nevidga (destacadamente menos maquillado) y más segura técnicamente que Petrov (a destacar la rapidez de sus giros). Petrov tampoco tuvo problemas técnicos per se, aunque cómo toda versión de ascendencia soviética, el bufón tiene un papel enrevesado en el primer (sobre todo) y tercer acto.
Grigory Popov cómo el bufón.
Copyright @Dave Morgan
Andrei Yermakov (video) cómo Rothbart repitió los tres dias. Alto, con las piernas largas y delgadas, consigue una altura tremenda en sus grand jettés, y su villano tuvo buena autoridad, aunque en la primera noche se le descuidó Lopatkina en un elevado del cuarto acto y la diva descendió de manera menos gracil de lo habitual.
En la primera noche tampoco funcionó la pelea con Korsuntseev. En esta versión Odette se sacrifica y cae « muerta´´ (sin arrojarse al lago), y entonces en un forcejeo con Rothbart, Sigfrid le arranca un ala y este muere. Odette vuelve a la vida y los dos terminan juntos. Sigfrid salta encima de Rothbart apoyandose en su hombro y de ahí arranca el ala. Pero Yermakov no pudo levantar a Korsuntseev con el impulso del salto , algo que si consiguió con Shklyarov e Ivanchenko. Pero Korsuntsev sí que consiguió el ala, y se dedicó a azotarlo con ella mientras Rothbart convulsionaba en el suelo, y el resultado con la música de Tchaikovsky en el climax fue bastante cómico.
@John Ross, para ballet.co.uk
Entre los repartos de pas de trois, pude ver algunos de los solistas que habia visto hace dos temporadas en Londres con la Bella Durmiente cómo Maxim Zyuzin y Maria Shirinkina, que bailaron el paso a dos del pájaro azul en una de las matines, y la siempre socorrida Yana Selina, chica para todo de Mariinsky.
El británico Alexander Parish (Xander, en su época con el Royal), fue quizá para mí el más flojo de los chicos de pas de trois. Parish tiene unas lineas bonitas, pero le falta cierta facilidad de movimiento de la que adolecen normalmente los chicos altos. Tan sólo lleva una temporada en la compañia, así que hay tiempo de limar más detalles. Físicamente tiene el mismo tipo que Aleksei Timofeyev, pero este está más pulido (aquí en el paso a dos y coda de Don Quijote junto a Martynyuk).
Maria Shirinkina, en duo siempre con Anastasia Nikitina fue una solista brillante. Menuda y con el rostro aniñado de solistas cómo Novikova o Obraztsova, esta subiendo mucho últimamente, y aunque es segunda solista (promovida esta temporada) ya ha debutado cómo Julieta, Syumbike, o la bailarina principal en Scotch Symphony de Balanchine.
Shirinkina viene de Perm, de la generación anterior a Skorik. Se parece a las que he nombrado, aunque su estilo es algo menos «demi carácter´´/ querubín que el de Obraztsova o Cheprasova, porque es más menuda. Su forma de bailar es serena y romántica, y si domina la batería será una buena intérprete de roles Bournonville tipo Shylphide o Flores de Genzano. Aquí se puede ver un video de ella cómo Florine.
La vi salir del teatro de la mano de Vladimir Shklyarov, quién de hecho fue su Romeo en su debut, y hacen una pareja muy armonica.
Yana Selina bailó la misma parte que Shirinkina en el pas de trois, aunque entre los cisnes a ella le tocaron los cisnes pequeños. Ya había visto a Selina hacer reir al Covent Garden cómo la gatita en Bella, y por youtube se la puede ver en otras variaciones de solista. Muchas variaciones pero tan sólo la Shylphide figura en su repertorio de roles protagónicos. Lo cual es una pena porque Selina tiene estilo y carisma a rabiar.
Anastasia Nikitina tuvo unas prestaciones de nivel, pero no particularmente remarcables. Valeria Martynyuk (que tiene una gran legión de fans por internet) no tuvo su noche en el estreno, perdió el equilibrio al terminar una diagonal de deboulés (pero Zyuzin la sujetó) y durante su variación volvió a perder el eje en una combinación de piruetas hasta el punto de que tuvo que pararse de pie unos segundos para no irse al suelo.
Entre el cuerpo de baile de cisnes me alegró ver entre los cisnes grandes a la que fue para mi la estrella de la anterior graduación de Vaganova, Viktoria Brileva. La cuadrilla de cisnes fue de muy gran nivel, un grupo de jovenes muy prometedoras: Chereshkevich, Vasnetsova (que fue muy promocionada en la anterior gira, pero esta vez ha vuelto al cuerpo de baile), Brileva y Skorik.
Pero la que más destacó fue Oksana Skorik. A la ucraniana la vimos en la escuela en Perm cómo la sufridora alumna de Ludmila Zakharova en el documental de David Kinsella, «A beautiful tragedy´´, pero ahora se está conviertiendo en una bailarina con un físico espectacular y buen temple en escena. Físicamente me recuerda a Polina Semionova (salvo en el busto), y también da una impresión de altura aunque no sea tal. Una pérdida de equilibrio la obligó a echar las manos al suelo al terminar el pas d´action de los cisnes.
Oksana Skorik en la escuela en 2008 y ahora en su retrato oficial en Mariinsky
De hecho, Skorik ya ha debutado cómo Odette en Mariinsky, y al menos tenemos video de sus ensayos, junto a Timur Askerov
Creo que Ulyana Lopatkina es la Odette definitiva de esta generación de bailarinas, y en esta versión junto a Korsuntseev la podemos disfrutar en el dvd de Decca.
Sin embargo hay muchos que la acusan de fría y calculadora, y aunque puedo entender lo de fría, lo de calculadora me chocó al verla. Por supuesto, tras tantos años, su interpretación está completamente calculada, pero hasta el punto de haber trascendido ya toda sensación de entreno. Quiero decir, con otras bailarinas podemos ver el esfuerzo por formar la alas del cisne desde el hombro y cuello, pero, con Lopatkina sus brazos simplemente flotan.
Su interpretación es contenida, sin fashes pero es comprensible por la potencia estética de sus brazos y piernas, que me hicieron empañar los ojos en un par de ocasiones durante los actos blancos.
La Odile de Lopatkina fue un poco más floja que la grabada en dvd. Lopatkina no tiene ese ataque técnico y dramático que hace falta para el rol. Cuidadosa con los giros, dejando algunos en simples, pero sin mayor problema en la noche que aquel elevado con Yermakov.
Esperaba menos de Daniil Korsuntsev, del que alguna vez había escrito que era un Roberto Bolle, un bailarín de bello exterior y poca personalidad, pero me sorprendió con una mejor presencia escénica que la última vez que lo había visto en Serenade con la más estilosa Kondaurova.
La última vez habia visto a Shklyarov llevarse a Covent Garden de calle con su príncipe Desiré, y esta vez volvió a repetir el éxito. Shklyarov es un principito en potencia con una simpatía y ardor de juventud más adecuados para mí que los aires de quinceañero de Sarafanov.
Su partenaire, Viktoria Tereshkina es una bailarina terriblemente completa, técnicamente inefable. Giro, salto, equilibrio, líneas…
Pero su interpretación es un poco dura para Odette, asi que es una Odile mucho más adecuada.
Y en el siguiente reparto, Somova e Ivanchenko se acoplaron mejor de lo que pensaba. Ivanchenko es un veterano que no me había impresionado mucho la última vez que lo vi en una gala de segunda en Barcelona, pero, aunque fue el Sigfrido menos espectacular técnicamente, estuvo a la altura de las circunstancias.
Alina Somova es quizá una de las bailarinas más controvertidas del Mariinsky, que subió cómo la espuma hasta el rango de principal hace un par de temporadas dejando a todos patidifusos con su hiperflexibilidad y su físico largo y delgado.
Somova siempre tuvo tendencia a ciertas suciedades técnicas para lanzar esas piernas (también en brazos) hacia el cielo y más allá, pero se ha ido limando para enfrentarse a los clásicos. De echo, para la fama de chicle que tiene, en el penché que termina el paso a dos del cisne blanco, ella fue la que optó por la altura más baja (a la altura del hombro de Ivanchenko, mientras que Tereshkina y Lopatkina rozaban o superaban el rostro de sus príncipes).
Me sorprendieron sus giros, con confiadas triples en attitude (Lopatkina hizo simples, y Tereshkina dobles) y una serie de fouettés triunfal, con ligero desplazamiento a partir de la mitad hacia el lado de la pierna de soporte (la izquierda), pero metiendo unos dobles que no metía hace años.
Leo «Somova e Ivanchenko se acoplaron mejor de lo que pensaba. Ivanchenko es un veterano que no me había impresionado mucho la última vez que lo vi en una gala de segunda en Barcelona,….»
y yo con todo respeto le comento;
Ivanchenko estuvo a voz de todas las criticas genial en la titulada por la prensa Esplendorosa Gala en el Gran teatro del Liceu de Barcelona» junto a Antonicheva y genial igualmente en otro Teatro ,cuyo nombre prefiero no mencionar ,efectivamente es un Teatro de muy poco nivel , no vale para grandes bailarines ni su stage, ni las instalaciones y servicios y mucho menos el trato de la Direcciòn .Pero decir que la Gala como espectaculo era una Gala de segunda es faltar a la verdad.
Que no nos ciegue lo que nos rodea ni el Teatro como stage y valoremos lo que se realiza en el escenario …sea este grande o pequeño, feo o bonito, horrrible o espectacular. Asi lo vemos los que amamos la danza , admiramos y comprendemos el esfuerzo de los bailarines…una cosa es el teatro como edifio-stage y otra los bailarines.
Acercar un buen elenco a un pequeño Teatro sin apenas condiciones es muy peligroso para os Promotores pero nosotros publico de clase media y baja se lo agradecemos muchisimo, por ellos podemos verlos , porque los precios son asequibles…ya nos gustaria ir tambein a los Grandes teatros naturalmente!!!!
Muchas gracias por sus impresiones,
He de decir que estoy de acuerdo, pero debo de matizarle ese «de segunda´´. Desgraciadamente, yo no me pude desplazar a Barcelona a la gala del Liceu, y sí lo hice para esa segunda gala animada por el reparto estelar que se anunciaba (y que finalmente no apareció). Sí que vinieron junto a Ivanchenko desde el Bolshoi, si mal no recuerdo Allash, Neporozhny, Antonicheva y Volchkov. Por supuesto, llamar a estos bailarines «de segunda´´ es faltar a la verdad. Pero, para mi, la gala careció del brillo esperado.
Por poner un símil, digamos que me refiero a «de segunda´´ a la manera futbolística, la gala fue relativamente «modesta´´, pero no menos digna ni artísticamente integra. Desde luego, más quisieramos que ese fuera el estándar.
Sin duda, comparto su opinión sobre la necesidad de acercar el ballet a los teatros pequeños y al público medio. Ese es precisamente el problema en España, la falta de «categorización´´ de teatros (por la falta de temporadas locales). El público interesado, de la clase que sea (yo también soy de clase media), tiene que ir a ver danza, donde sea que lo pongan (al menos en madrid, uno puede acudir al Real por 15€, sin contar los descuentos para los jóvenes)
Leo «Somova e Ivanchenko se acoplaron mejor de lo que pensaba. Ivanchenko es un veterano que no me había impresionado mucho la última vez que lo vi en una gala de segunda en Barcelona,….»
y yo con todo respeto le comento;
Ivanchenko estuvo a voz de todas las criticas genial en la titulada por la prensa Esplendorosa Gala en el Gran teatro del Liceu de Barcelona» junto a Antonicheva y genial igualmente en otro Teatro ,cuyo nombre prefiero no mencionar ,efectivamente es un Teatro de muy poco nivel , no vale para grandes bailarines ni su stage, ni las instalaciones y servicios y mucho menos el trato de la Direcciòn .Pero decir que la Gala como espectaculo era una Gala de segunda es faltar a la verdad.
Que no nos ciegue lo que nos rodea ni el Teatro como stage y valoremos lo que se realiza en el escenario …sea este grande o pequeño, feo o bonito, horrrible o espectacular. Asi lo vemos los que amamos la danza , admiramos y comprendemos el esfuerzo de los bailarines…una cosa es el teatro como edifio-stage y otra los bailarines.
Acercar un buen elenco a un pequeño Teatro sin apenas condiciones es muy peligroso para os Promotores pero nosotros publico de clase media y baja se lo agradecemos muchisimo, por ellos podemos verlos , porque los precios son asequibles…ya nos gustaria ir tambein a los Grandes teatros naturalmente!!!!
Buenos dias,
Muchas gracias por sus impresiones,
He de decir que estoy de acuerdo, pero debo de matizarle ese «de segunda´´. Desgraciadamente, yo no me pude desplazar a Barcelona a la gala del Liceu, y sí lo hice para esa segunda gala animada por el reparto estelar que se anunciaba (y que finalmente no apareció). Sí que vinieron junto a Ivanchenko desde el Bolshoi, si mal no recuerdo Allash, Neporozhny, Antonicheva y Volchkov. Por supuesto, llamar a estos bailarines «de segunda´´ es faltar a la verdad. Pero, para mi, la gala careció del brillo esperado.
Por poner un símil, digamos que me refiero a «de segunda´´ a la manera futbolística, la gala fue relativamente «modesta´´, pero no menos digna ni artísticamente integra. Desde luego, más quisieramos que ese fuera el estándar.
Sin duda, comparto su opinión sobre la necesidad de acercar el ballet a los teatros pequeños y al público medio. Ese es precisamente el problema en España, la falta de «categorización´´ de teatros (por la falta de temporadas locales). El público interesado, de la clase que sea (yo también soy de clase media), tiene que ir a ver danza, donde sea que lo pongan (al menos en madrid, uno puede acudir al Real por 15€, sin contar los descuentos para los jóvenes)