Una entrevista a Ivan Vasiliev del 17 de mayo del diario ruso RBC DAILY. Un poco parca en respuestas pero la encontré muy interesante. Admitir que encuentro a Vasiliev cómo uno de los bailarines emergentes (aunque con él lo de emergente debería de ir entre comillas, pero bueno, digamos simplemente, jóvenes) más apasionantes, pero me parecen muy ciertas sus palabras sobre cómo todo artista debería poder intentar cualquier rol, la cuestión es cuan convincentemente. Muchos temíamos que la marcha a una compañía con un director con relaciones tan, cuanto menos, peculiares con el clásico iba a cambiar mucho su repertorio, pero la verdad es que no ha sido así, cómo la propia entrevistadora le señala. De hecho, encuentro delatador que cuando Osipova debutaba en el Mikhailovksy en su deseado rol de Odette, Vasiliev aun bailara el personaje secundario de Von Rothbart y no el principal del príncipe. No es descabellado pensar que para un artista no es sino enriquecedor ser voraz y querer tener un repertorio del mayor espectro posible. Así que, su interés por polos tan opuestos como los roles de príncipe y por Ohad Naharin, coreografo de contemporáneo de la Batsheva Dance Company (un ejemplo de su trabajo aquí) es muy aplaudible. Y espero que, cómo dice en la entrevista, debute pronto en coreografías de Macmillan y Cranko, preferiblemente en un ballet cómo Mayerling y Oneguin. Con respecto a sus declaraciones sobre los profesores, matizar que no ha cambiado su hábito, y sigue trabajando con Yuri Vladimiroff, su profesor desde hace varios años, en el Mikhaikovsky también.
«Los príncipes de los ballets no deberían de ser de madera «
17/05/2012 RBC daily

Antiguo primer bailarín del Bolshoi, el virtuoso Ivan Vasiliev es uno de esos bailarines cuya falta en el escenario se echa de menos. Ahora Ivan es una estrella invitada de gira por EEUU. Antes de partir, habló con Maya Krylova de RBC daily sobre como busca la creatividad en su vida, y las oportunidades que habrá de verlo en Moscú.
– Fuiste un éxito en San Petersburgo, en el Festival Dance Open, y poco después fuiste a America.
– Bailo en Nueva York contratado por el American Ballet Theater (* como bailarin principal invitado). Este año me invitaron para hacer «Le Corsaire,» «La Bayadere» y «Bright Stream».
– Las representaciones en U.S.A son diferentes de las rusas?
– Diría que en America el público es más emocional. Los americanos no dudan en reirse, en expresarse activamente durante la representación. Para nosotros, una broma repetida dos veces no es divertida, para ellos, es desternillante.
– Tu mediatizada partida del Bolshoi fue, en particular, asociada al descontento con el repertorio. Pero, en Nueva York, bailas los mismos ballets que en Rusia.
– No realmente. «La Bayadere» es otra versión, la de Natalia Makarova. Y en «Le Corsaire» no bailo el protagonista, sino el esclavo. En USA este personaje tiene las danzas más importantes.
– ¿Qué podemos decir de tu vida tras romper con el Bolshoi ?
– Qué puedo decir, por donde empezar. Entonces no tenía miedo de que las cosas fueran a ir mal. Es mejor arrepentirse de lo que se ha hecho que de lo que no se hizo. Ahora estoy a gusto, eso es todo. Quería más variedad de trabajo, y la conseguí. Fui a un sitio, a un segundo, a un tercero- y bailé.
– Tu misión – ¿ Probar al mundo que eres un bailarín versátil, no solo un atleta virtuoso ?
– He bailado lo que no podía bailar en Moscú. Por ejemplo, el papel del príncipe Desire en el ballet «La bella durmiente» en Munich, la versión clásica. Y la versión nueva de Nacho Duato en el Mikhailovsky. Tengo por delante muchos planes, que prefiero no desvelar aún. Tan sólo puedo decir que si todo sale bien, pronto probaré la coreografía de Cranko y MacMillan.
– ¿Por qué quieres tanto ser un príncipe? Eres un hombre moderno y atlético, y de repente- el príncipe. ¿Por qué ?
– Quiero algo nuevo. Quizás porque no esperan eso de mi. Es un reto creativo, hacer los gestos antiguos, la generosidad noble. No digo que en los roles de príncipe seré el número uno del mundo, pero puedo bailarlos con dignidad sin avergonzarme de nada.
– Y, ¿Mantener a raya tu famoso carácter ?
– ¿Por qué debería esconderlo? ¿Quién dijo que los príncipes tenían que ser de madera? Son hombres vivos y emocionales, simplemente con otras maneras. No es que no tengan corazón, y tampoco son frígidos.
– Qué es más fácil para ti: despegar en un salto mareante o mantenerte en tus zapatos durante todo el ballet ?
– Los trucos no son un problema desde hace diez años. Un ballet del repertorio clásico clásico… es interesante bailar cuando es duro. Cuando es fácil, uno no quiere trabajar.
– ¿Cuándo insistes en el derecho de bailar en contra de los estereotipos, «Vasilyev- un artista de circo, pero no un príncipe´´, no crees que te pillarás los dedos?
– No. Ese soy yo, también, pero en una fase distinta de la vida. Voy a continuar desarrollándome, pasando fronteras. Respirar a gusto.
– Así que, ¿ Estas en contra del concepto de los papeles tipo?
– No creo que exista eso. Cada artista tiene derecho a hacer cualquier papel. La cuestión es, hacerlos convincentemente o no.
– El público de todo el mundo aplaude el virtuosismo. Estas acostumbrado a este aplauso. Y si haces ballets sin pirotecnias técnicas, te arriesgar a quedarte sin ese aplauso.
– Eso es opcional. El público siempre responde a lo que está hecho sinceramente.
– ¿Cuál es el mejor profesor para corregir la danza ?
– El espejo.
– Si lo entiendo bien, ¿ahora estás listo para terminar con las tradiciones centenarias y no necesitas un profesor?
– Por qué necesitarlos para construir una imagen de actor. Creo que el artista lo tiene que hacer él solo- en su mayor parte. Si el profesor te modela una imagen, lo más probable es que alguien te copie. Para bailar bien, necesito entender qué, y por qué hago algo. No es necesario explicarme el contenido «literario´´ del ballet- lo entiendo, tras pensar fuera de la sala de ensayo. Pero la técnica requiere un trabajo más duro.
– En el ballet, » Le Jeune Homme et la Mort», bailaste el suicidio. ¿Cómo tu, una persona alegre, trabajaste en este rol?
– Para mi ahora me importa más la tragedia que la comedia, la hilaridad, «Don Quixote.» . Por supuesto, cuando interpretas un deprimido, construir el rol es difícil. Pero es divertido.
– ¿ Que piensas de la danza moderna? ¿Hay algunos coreografos contemporáneos que te gustaría conocer?
– Es muy interesante. Mi sueño es trabajar con Ohad Naharin, el famoso director israeli.
– Dicen que te encanta la ópera. Una pasión bastante inesperada para un bailarín.
– Comenzó en Moscú. El primer show que vi fue «Pagliacci,» dirigido por Zeffirelli, Domingo cantó. Luego «Rusticana» con Obraztsova. Me gustó mucho. No tengo tiempo de ir a la ópera en directo, así que básicamente miro y escucho grabaciones. Mario del Monaco, Pavarotti …
– Por supuesto, tu retirada del Bolshoi con Osipova hizo llorar a muchos aficionados. ¿Qué les dirías?
– Con suerte, en un futuro próximo estaremos más en Moscú y bailaremos para nuestro público.
– Si el Bolshoi te invita a bailar, ¿aceptarías ?
– Por supuesto. No me pesa nada en el pecho.
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