Comienza aquí la serie de entrevistas, que prometía en el anterior post. Desde hacía un tiempo quería ofrecer estas opiniones, todos los entrevistados van a tener los mismos puntos en común, todos son bailarines españoles, jóvenes, y han tenido que salir de España para poner ejercer su profesión.
Obviamente, he tirado de agenda de amigos, de gente con las que alguna vez coincidí en la barra. Juan, el primer entrevistado, es amigo desde hace varios años, balletómano voraz , y mi musicólogo de referencia para las dudas históricas.
Nombre: Juan Bockamp
Edad: 23
Lugar de Nacimiento: Madrid
Compañía actual: Ballett Hagen
LOS INICIOS
-Cuéntanos un poco sobre tus inicios en la danza clásica, ¿qué/quién te llevó a tu primera clase de ballet?
El ballet entró en mi vida casualmente. Tenía siete años y vivía entonces con mi familia en Inglaterra. Por invitación de amigos nuestros fuimos a ver a su hija bailar en un concurso infantil. Me interesó de inmediato y pedí a mi madre ir a tomar una clase de prueba. Mi primera clase de ballet la recuerdo muy bien, fue un sábado por la mañana y me quedé mirándola con mucha atención. La profesora que la impartía de pronto me preguntó si quería tomar la clase, ¡no dudé en decir que sí!
-Cuándo comenzaste a bailar, ¿cuál era para ti la mayor dificultad?, ¿crees que la has llegado a superar , al menos parcialmente, ahora?
De jóvencito, cuando tenía siete años de edad. Siendo pequeño no veía las dificultades que la danza tiene, sólo con la madurez y en el ámbito profesional me he ido dando cuenta que esta expresión artística demanda muchas cosas que no son fáciles de lograr. Si nombraría algunas no faltarían: “flexibilidad física” y “constancia mental”. Hay que perfeccionarse todos los días que uno trabaja. Es una superación de cuerpo y constancia de mente.
− ¿Qué es lo que más te gustaba entonces del ballet?
Me gustaba el movimiento en conexión con la música, los colores y el entorno. Sentía mucha felicidad también en escena. Personalmente, estar en conexión con tantas cosas bellas y poder tener algo que ver con ellas, me hacía sentirme alegre y lo sigue haciendo.
-¿Quién o qué dirías que te dio el empujoncito para dedicarte al ballet profesionalmente?
Aunque de pequeño nunca descarté la posibilidad de dedicarme profesionalmente, fue mi profesora francesa Francette, quién me hizo ver que la danza podía ser mi profesión.
-Muchos bailarines se sirven de concursos para estudiantes para avanzar su carrera. ¿Cuál fue el concurso/actuación que más recuerdas siendo estudiante?
Tienes razón, parece que los concurso son una especie de trampolín para lanzarte al ámbito profesional y para dar más prestigio a tu carrera hoy en día. Desde pequeño recuerdo haber participado en varios concursos. Recientemente he concursado en el “Premio Nacional del Estado´´ (Madrid) y en el “Boston Internacional Ballet Competition” (Estados Unidos).
ACTUAL:
-Antes de llegar a tu compañía actual, ¿Habías trabajado en otros países?
Sí, he trabajado en España y en Portugal, además en Alemania he estado en otra compañía hace pocos meses.
-Siempre es duro acostumbrarse a un nuevo país, su cultura, su idioma… cuéntanos alguna anécdota divertida de cuando llegaste.
Tenía la sensación que me dedicaba más tiempo al papeleo burocrático que a la misma danza. Actualmente ya no es un problema.
− ¿Cuánto tiempo llevas en tu compañía actual?, ¿qué papeles has bailado y cuál ha sido tu favorito?
Soy relativamente nuevo, llevo desde finales de marzo de este año. He bailado uno de los príncipes de primer acto y las criaturas de Carabosse del segundo acto de La Bella Durmiente “recargada”. Ámbos papeles son interesantes y muy diferentes.
-¿Cómo es un día de trabajo normal para ti?
Me levanto sobre las 8:30 de la mañana. Clase empieza a las 10 y acaba sobre las 11:40. Luego tenemos un descanso de aproximadamente 20 minutos. El horario del ensayo empieza a mediodía normalmente y acaba a las 14:00. Tenemos una hora de descanso donde se puede ir a la cantina a comer. A las 15:00 estamos de vuelta y se termina a las 18:00. No todos los días son iguales, depende mucho de las necesidades del coreógrafo. Hay días más largos que otros.
-¿Qué diferencias notas en cómo se percibe el ballet en Alemania y en España? ¿Cómo crees que influye tu profesión en tu vida diaria en el país?
Aquí en Alemania se cultiva mucho el arte en general. La danza es algo que les gusta mucho y admiran también diferentes estilos de lo muy clásico a lo actual,como por ejemplo las obras de Pina Bausch. Existe desde hace muchos años una tradición de cultivar compañías propias en la mayoría de las ciudades, cosa que no existe realmente en España.
Ser bailarín es un trabajo muy habitual aquí en Alemania, yo me siento muy normal. Tengo suerte de tener seguridad económica, cosa que es muy importante como artista.
-¿Cuál ha sido tu mejor momento en escena con tu compañía actual?
Creo que haciendo las criaturas de Carabosse en «La bella Durmiente (reloaded) ´´ de Ricardo Fernando, director y coreógrafo del Ballett Hagen. Él nos da muchas libertades en los ensayos y le gusta vernos experimentar y de vez en cuando incorpora elementos casuales desarrollándolos y dándoles su esencia artística. Diría que Ricardo es un buen observador del movimiento, fusionando a la vez ideas propias con gestos de sus bailarines.
-¿Qué le recomendarías a otros bailarines jóvenes que estén pensando en salir de España para trabajar?
Lo fundamental, aparte de tener condiciones para ser bailarín/a, es poder hablar bien el inglés ya que en la mayoría de las compañías se utiliza para comunicarse entre sí.
-¿Crees que desarrollarás el resto de tu carrera fuera o piensas en volver a España alguna vez?
No, al contrario, pienso que es importante volver para poder desarrollar todo lo bueno que uno haya aprendido y así poder transmitirlo a futuras generaciones. Es fundamental que todos los bailarines que estén afuera mantengan una conexión con su país. Un día espero volver. España es un país maravilloso y no debemos olvidar nuestro rico patrimonio histórico y cultural.
VARIOS:
-Si pudieras meterte en el cuerpo de cualquier bailarín famoso, ¿en quién te gustaría convertirte y qué te podrías a bailar?
No me metería necesariamente en un cuerpo “clásico” de algún bailarín famoso, optaría un bailarín japonés ejecutando “Danza Butoh”. Sería muy interesante poder experimentar “danza” de una forma totalmente distinta a lo que hago habitualmente.
-Hasta entre los tutus ocurren cosas poco gráciles. ¿Alguna vez has tenido algún “accidente´´ divertido en escena?
Sí, recuerdo en “El cascanueces” que debido a un paso imitando deslizamiento caí al suelo nada más empezar la función, reaccioné rápido y sin pensarlo estaba de nuevo saltando y girando. Admito no que no sentí gran dolor hasta después de la función y las semanas que siguieron.
-Comparte un video de ballet en youtube que te deje con la boca abierta.
Me deja boquiabierto cada vez que veo esta video. La variación la conocemos todos y la hemos visto muchas veces pero presentada aquí alcanza su plenitud. Todo mí agradecimiento al leyendario artista Rudolf Nureyev. Pienso que el ballet hubiera sido muy diferente sin él.
Eres una auténtica conectada con el mundo del ballet- HOY, Silvia. Interesante, y mucho, la entrevista cordial (entre compañeros de «aula-balletistica») con otra figura del ballet internacional también, como tantas ya, española…Y son ¿cuantos?… Y el apoyo al ballet en nuestro incúlto y futbolero País, «CERO PATATERO». Ni con unos, ni con otros.
Si alguna vez llegaran a gobernar nuestra manipulada democracia, los que no lo han hecho hasta ahora, estoy seguro que la cosa cambiaría. !Que buen vasallo…!, que ya se dijo en el «Cantar del Mio Cid».!Viva el Ballet, y la Cultura!; opongámosla al «futbolerísmo-semanal» imperante.
Y no «JUZGO» a nadie, constato, que tenemos y hemos tenido los políticos mas insensibles e incúltos.. Blogs como el tuyo, inquietísima Silvia, consolidan y despiertan seguidores del «BALLET» y el Baile como Arte. te debemos mucho los «Baletómanos»-cotidianos.
[…] Ensayos de Filosofía y danza” por la editorial Cumbres. Mi primer entrevistado en el blog, Juan Bockamp, y Patricia Bonnin, con los que alguna vez compartí aula, tratan temas tan interesantes cómo la […]