Siempre es agradable volver a encontrarse en recintos familiares en compañía de muchos amigos balletómanos habituales, y estos días he disfrutando mucho en el Teatro Real.
Aunque, según iba pensando el sábado al cruzar camino del teatro por la calle Arenal, esto no es Paris. La compañia que dirige Igor Zelensky (que también compaginará la próxima temporada con la dirección del Stanislavsky tras la marcha de Filin) es una de las compañias que se disputan en Rusia la sombra de los gigantes de Bolshoi y Mariinsky.
Los siberianos serán «de segunda´´, pero es la ÚNICA compañia de ballet clásico que va a pasar por el Real en dos temporadas (obviamente, no incluyo la gala de estrellas rusas que veremos el 5 de diciembre, porque ni es una compañia ni una producción completa). Además, lo de «de segunda´´ es algo diferente del resto de compañias `pseudo-rusas´ que llegan por Madrid. Verdaderamente, se merecen una recepción mucho más apreciativa que la que han tenido aqui. Me sorprende muchísimo la poca casi nula repercusión que han tenido en la prensa, asi que las entradas se han vendido muy bien para tan poco anuncio (ya lo sabemos, a pesar de todo sigue habiendo público para el ballet clásico), pero el público en el teatro fue frio.
La compañía tiene un cuerpo de baile y un plantel de solistas más que decente. Algo que me sorprendió el segundo día al estar más cerca del escenario fue que la media de altura del cuerpo de baile es más baja de la que esperaba. Pero que se le va ha hacer, no pueden llegar todos a la altura de su director porque ¡Zelensky es realmente muy alto!
Porque, a pesar de la lejania, la compañia viene nada más y nada menos que del teatro más grande del mundo, un conjunto arquitectónico que ya recibió durante su construcción la Medalla de Oro de la Exposición Universal de Paris de 1937. Por dar unos números (de la web oficial del teatro) el conjunto del edificio ocupa 11.837,8 metros cuadrados y el aforo es de 1774 asientos en la sala principal y 450 y 150 en las otras. Recuerdo el post impresionado de David Hallberg, principal del ABT, que estuvo allí de gira en 2008 (no encuentro el principal, pero el segundo sigue online )
La producción cuenta con unos maravillosos diseños de Luisa Spinelli, colaboradora de Petit y autora de diseños cómo los de la Paquita de la ópera de Paris, el Cascanueces del Staatsballett o la Bella Durmiente del ROB. Me gustaron particularmente los telones, un estilo renaizante inspirado en maestros italianos cómo Bennozzo Gozzoli o más medievalizante a la Fra Angelico.
Sobre todo me gustaron los de los dos primeros actos, muy bueno el efecto reflejo del lago con el castillo a la orilla del primer acto, y las ruinas de otro castillo al borde del lago para el segundo.
Quizá para ahorrar gasto de viaje o quizá se haga así, la decoración de las calles se mantiene con las columnas del palacio durante los 4 actos (o facilitar el hecho de que hicieron sólo un intermedio entre los 4).
Lo único que no me convenció mucho particularmente es el rayo fantástico que le añaden al decorado del 4arto acto. Supongo que representa el hechizo de Rothbart, pero no me parece que aporte particularmente.
El vestuario utiliza tonos claros para el primer acto, pero luego, a diferencia del Lago del ABT, que también aprecia mucho esos tonos tierra, luego da trajes nacionales a cada danza de carácter.
Yo estuve en el Teatro desde el sábado, asi que este fue el reparto que vi:
- Odette/Odile: Olesya Novikova (s), Natalia Ershova (d), Svetlana Svinko (l)
- Príncipe: Leonid Sarafanov (s), Ivan Kuznetsov (d), Roman Polkovnikov (l)
- Rothbart: Mikhail Lifentsev
- Bufón: Kostantin Alexentsev
- Pas de trois: Semen Velichko (s,d), Mikhail Kemenov (l), Vera Sabantsetva, Anna Odintsova (d,l)
Pero su trabajo de brazos es verdaderamente bueno, piensen en una versión más menuda de la Reina Odette, Lopatkina. Buceando en youtube no se encuentran videos de Novikova en lago, tan sólo este en gala.
Dentro de que tanto Novikova cómo Sarafanov están en otra liga comparado con el resto de la compañia, preferí su Odile a su Odette, porque en el segundo acto me pareció ligeramente fria en el rostro. Pero, la finura de sus brazos y piernas la hacían inconfundible. A diferencia de las otras dos Odettes, Novikova optó por un trabajo mucho más limitado de las extensiones, manteniendo todos los attitudes en arabesque que pueblan la coreografía ligeramente por encima de los 90º, a diferencia de Ershova y Svinko, que buscaban la cabeza.
También me sorprendió la seguridad de su eje en el cisne negro, con una diagonal exactísima de piqués dobles terminadas en 2 triples.
El príncipe del Lago no tiene demasiados retos comparados con el doble reto femenino, pero Sarafanov se regaló las mayores dificultades de los tres días, secuencias dobles de doble tours, sissonés donde los otros hacían plié….
Me pregunto si el escenario resbalaba un poco, y los bailarines tenían que echarse mucha resina, porque durante la última línea de piruetas bajando desde el centro del escenario en el sólo del príncipe del 1er acto, tanto Sarafanov cómo Kuznetsov chirriaron de lo lindo. Polkovnikov sin embargo aprendió la lección.
Entre los tres chicos he de decir que el que menos me impresionó fue Ivan Kuznetsov. Kuznetsov proviene de Moscú, y se graduó de la escuela del Bolshoi en 2006, una escolarización que se nota en sus movimientos.
Pero, quizás sea por lo dificil que es competir con Sarafanov, la prestación de Kuznetsov me pareció algo anodina. Su príncipe fue a nivel de carácter más maduro que el de Sarafanov, aunque, cuado llegan las princesas, se cubre la cara para no miralas.
Me gustaría saber si Kuznetsov se encontraba lesionado, porque me pareció que se vencía ligeramente sobre la rodilla izquierda, lo que le daba una posición de giro un poco extraña, ya que no estiraba completamente la rodilla de la pierna de soporte.
Su partner para la función, Natalia Ershova me gustó más cómo Odette que Odile. Es curioso, pero su Odile me parece físicamente distinta a su Odette, parece que su rostro cambia cuando tiene un rol sonriente.
Cómo se puede ver en las fotos, Ershova tiene un físico longuilíneo y buenas extensiones que lucen esos brazos y piernas tan largos. Cómo es de esperar, es delgada, pero no pasa al límite de las patilargas informes que se pueden ver hoy en día, algo que es de agradecer. Sus formas se mantienen largas y elongadas, y aunque no se contiene de lucir su flexibilidad, tampoco se transforma en un ejercicio de gimnasia, algo que siempre encuentro molesto, sobre todo en Odette.
De las tres, Ershova fue quizás la que tenía el eje de giro más flojo,a lo mejor porque me parece que es la más alta. Para los fouettés usa la técnica rusa de abrir directamente en plié a la segunda, pero incluso llega a superar los 90º al pasar, lo cual lo hacen difíciles de cerrar y la obligaban cómo hacía a ladearse hacía la izquierda para contrarrestar la pierna a la derecha.Por eso la mayoria de las bailarinas eligen la otra forma. Este es el mismo problema que tiene habitualmente Alina Somova.
La tercera pareja fue una sustitución de última hora, ya que Vostrotina está lesionada, así que, la jovencísima Svetlana Svinko la sustituyó en las dos funciones. Lo cuál la obligó a debutar en el rol con tan sólo 5 ensayos y fuera de casa.
Se nota la juventud en el físico menudo de Svinko, pero incluso aun siendo la segunda vez que bailaba el rol, su trabajo era verdaderamente prometedor. Supongo que el fin de semana (debutó el viernes 24), estaría revisando todos los cisnes disponibles, y el trabajo rápido y la materia prima cundieron, porque su braceo comenzaba a dejar el sello de escuela para pasar a una delicadeza de primera bailarina.
En sus paso a dos con Polkovnikov simplificaron alguna cositas, pero cómo pareja se acoplaron bien. Un sustito en una de las piruetas en pareja del paso a dos del cisne negro, pero completamente perdonable.
Tanto en Odette cómo en Odile, Svinko mostró un buen ataque para toda la técnica (y buen control de sus extensiones, algo dificil en las jóvenes), y a pesar de los nervios, una importante atención al detalle. Su interpretación no puede más que mejorar, al fin y al cabo, creo que es su segundo año en la compañia (proviene de la escuela de la ciudad de Krasnoyarsk). Pero en su baile ya aparece un carisma prometedor.
Cómo Odile tuvo algunos fallitos de musicalidad, que no se si echarle la culpa a ella o a la orquesta del Teatro Real que tuvo bastantes meteduras de pata durante los tres dias (quizá precisamente el dia de Svinko fue el que mejor se portaron). En los dos últimos dias, la orquesta (bajo la batuta de Evgueny Volynski) empezó la música de la traición de Sigfrid antes de que Sigfrid prometiera matrimonio a Odile. Y, sobre todo la sección de metal, en particular el trombón, dejó mucho que desear.
Quizás por los nervios, su Odile estuvo particularmente atenta a las instrucciones de Rothbart durante el paso a dos del cisne negro, pero también es importante crear esa relacción en escena. Aún así, se permitió lanzar miradas de descaro a Polkovnikov, una agresividad que aún puede estirar más.
El momento que más me recordó el hecho de que Svinko no tiene mucha experiencia cómo solista fue lo rápidamente que puede perderse en el cuerpo de baile. En el cuarto acto, cuando el príncipe vuelve al lago a buscar a Odette, ella se esconde en la formación del resto de los cisnes, adoptando todas la misma pose. Con Novikova, se notaba desde el fondo del teatro que era ella. La fineza de esa muñeca en alto la destacaba millas sobre el resto. Ershova, aunque sin tantos quilates, consiguió hacerse diferenciar. A Svinko, sin embargo, me costó un poco encontrarla, aunque sabía perfectamente que se encontraba en el medio de la tercera fila a la derecha del público. Ese es un carísma de primera bailarina que adquirirá con más experiencia.
Polkovnikov defendió muy bien su rol. Obviamente, tecnicamente no se le puede comparar a Sarafanov, pero, personalmente, prefiero su presencia en escena, aunque, quizá por la juventud de su Odette, él también parece un poco juvenil.
Me gustó la limpieza de sus aterrizajes (mejores que los de Kuznetsov), detallados y bastante silenciosos. Su elevación también respondió.
Y el los roles secundarios, hay que destacar la constancia de Konstantin Aleksentsev y de Mikhail Lefentsev cómo bufón y Rothbart, que bailaron las tres noches seguidas a muy alto nivel. Este versión, arreglada por Zelensky sobre la soviética de Nikolas Sergueyev, los dos roles tienen variaciones propias (más el bufón), y ambos hicieron gala de una agilidad de saltos de calidad. Aleksentsev se manejó perfectamente en el nervio de su intrincada coreografía. Lefentsev fue un personaje autoritario, aunque no increiblemente temible.
En el pas de trois me gustó mucho la prestación de Semen Velichko los dos primeros dias. Velichko tiene un buen ballon y potencia de salto, y me da pena haberme perdido su príncipe con Ershova hoy. El lunes le sustituyó cómo solista el rubísimo Mikhail Kementsov, también bueno, pero algo menos potente que Velichko. El lunes Vera Sabantseva se marcó una buena variación con unos giros segurísimos, mientras que Anna Odintsova estuvo mejor el domingo. El sábado, una chica del cuerpo de baile sustituyó a la anunciada Svinko, una chica morena bajita, que parecia un poco hundida bajo las largas faldas del vestuario (que también le jugaron una mala pasada a Odintsova, al volar hasta su cabeza cuando ella elevó los brazos en un entrechat quatre).
En definitiva, el ballet de Novosibirsk nos ha ofrecido estos dias una buena muestra de la clase que se consigue teniendo una compañia un teatro y unos medios estables, algo a lo que se debería aspirar en España. Los de Novosibirsk no son el Mariinsky, pero ni falta que les hace, a la sombra también hay mucho espacio, y sus producciones tienen una gran calidad y un trabajo más que respectable, sino admirable.
Las fotografías que acompañan a este post pertenecen (salvo dos de ellas) a Olga Chesnova, que amablemente ha aceptado compartirlas y me facilitó la dirección de su album en live journal: http://allga383.livejournal.com/. Estan tomadas en funciones de la compañia en Novisibirsk.
[…] la materia prima la compañía siberiana que vimos en junio pasado en el teatro Real (artículo aquí), que habrá sido, por cierto, la última compañía de clásico en pisar las tablas del Teatro […]
[…] their dancers, the ones we saw last June at the Royal Theater of Madrid (you can find the article here), which would have been, by the way, the last classical company to step onto our stage until, at […]
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